Evaluación del dolor postoperatorio y consolidación ósea en osteosíntesis en percutánea de pelvis
Resumen
Resumen
Introducción: Las lesiones del anillo pélvico y del acetábulo a menudo son resultado de trauma de alta energía [1] y comúnmente asociado con otras lesiones con un alto riesgo de morbilidad y mortalidad debido a la hemorragia sustancial y la lesión de los órganos internos. El tratamiento de estas fracturas sigue siendo un desafío para la mayoría de los cirujanos ortopédicos [2]. Materiales y Métodos: Se realizó un estudio retrospectivo, descriptivo y observacional de 95 pacientes con fractura de pelvis y acetábulo a los cuales se le realizó alguna cirugía percutánea de pelvis y/o acetábulo, en un periodo de tiempo comprendido entre enero de 2018 a enero de 2024. Resultados: En este periodo de tiempo se realizaron 95 cirugías percutáneas de pelvis y acetábulo, de los cuales 30 fueron mujeres y 65 hombres, con una edad media de 52 años. De los 95 pacientes, 28 (30%) presentaron fracturas acetabulares no desplazadas o con mínimo desplazamiento, 38 (40%) presentaron diastasis Sacroiliaca y 33 (35%) diastasis de la sínfisis del pubis. En 62 pacientes (65.2%) se realizó reducción percutánea exclusivamente, y en 15 (16%) se necesitó además reducción abierta simultánea y fijación interna por diastasis de la sínfisis púbica. Debido al abordaje mínimamente invasivo, el sangrado fue mínimo y ningún paciente requirió transfusiones sanguíneas intra o post quirúrgico. Ningún paciente presentó pseudoartrosis, fatiga de material, ni pérdida secundaria de reducción. Discusión: Existen varias técnicas de fijación interna para fracturas del anillo pélvico y fracturas acetabulares. En la mayoría de estas lesiones, la RAFI, que incluye placas anteriores y posteriores, barras trans-sacras y bandas de tensión, se acepta como método estándar. Sin embargo, preocupa el alto riesgo de complicaciones intra y postoperatorias, como pérdida masiva de sangre, infección y osificaciones heterotópicas [14, 18]. Actualmente, la fijación percutánea con tornillos se usa cada vez más en todo el mundo con resultados prometedores. Dado que esta técnica utiliza tornillos intramedulares, la estabilidad de la fijación sería tan alta que el paciente podría soportar peso al día siguiente de la cirugía. Esta es una de las principales ventajas de este método, en comparación con los métodos abiertos y la fijación con placa. Conclusión: En nuestra experiencia, todas las fracturas se consolidaron dentro de los primeros tres a cuatro meses postoperatorios. Además, la mayoría de los pacientes pudieron volver a su trabajo previo a la lesión. No hubo evento tromboembólico, o lesión neurovascular. La tasa total de complicaciones postoperatorias fue del 2%. Además, no se observó rotura de tornillos. Los resultados obtenidos son prometedores y demuestran que la fijación percutánea mínimamente invasiva con tornillos es un procedimiento seguro y eficaz para pacientes con fracturas del anillo pélvico y fracturas acetabulares. La reducción cerrada y la fijación percutánea mínimamente invasiva con tornillos es un método de tratamiento fiable para las fracturas del anillo pélvico y del acetábulo con una morbilidad y una tasa de complicaciones mínimas. Esta fijación intramedular es el método de fijación más estable en el anillo pélvico que ayuda a la paciente a soportar el peso postoperatorio temprano.