Fracturas medio diafisarias de húmero tratadas con clavo endomedular retrógrado.
Resumen
El tratamiento de las fracturas diafisarias de húmero es controvertido. Dentro de las opciones quirúrgicas se encuentra el uso del clavo endomedular bloqueado que puede introducirse de manera anterógrada o retrógrada. Esta última forma disminuye el riesgo de patología glenohumeral, planteando ventajas clínicas y funcionales superiores, sin embargo, su uso está limitado principalmente a fracturas diafisarias del tercio distal y según la bibliografía esta técnica es menos empleada por el mayor riesgo de complicaciones, como fractura iatrogénica y rigidez del codo, por lo tanto, el número de publicaciones a cerca de su empleo en fracturas medio diafisarias es escasa.
¿Puede validarse la indicación del enclavado endomedular bloqueado retrógrado para fracturas medio diafisarias de húmero?
Presentamos un estudio observacional retrospectivo llevado a cabo en 15 pacientes (mayores de 18 años), y 16 fracturas de húmero medio diafisarias 12A y 12B según la clasificación AO/OTA (Arbeitsgemeinschaft für Osteosynthesefragen/ Orthopaedic Trauma Association), operadas con clavo endomedular retrógrado bloqueado por un mismo cirujano en nuestra institución desde agosto del 2016 hasta abril del 2019. El seguimiento en todos los casos fue de 18 meses. Se excluyó a uno de los pacientes por la gravedad de las secuelas neurológicas (axonotmesis), del nervio radial ocurrida durante la fractura. Las evaluaciones radiológicas fueron a través de radiografías mensuales hasta la consolidación y luego cada seis meses hasta completar el tiempo de seguimiento. Las pruebas clínicas y funcionales fueron mediante mediciones goniométricas, aplicación del cuestionario Quick-DASH (Disabilities of the Arm, Shoulder and Hand Score), y de la escala visual analógica del dolor (EVA). Todos los participantes fueron informados sobre el estudio y dieron su consentimiento.
Se registraron un total de 15 cirugías, en 14 pacientes (57% hombres y 43% mujeres), con una media de edad de 51.5 años (21- 83 años). La lateralidad de la lesión fue del 57% derecha y 43% izquierda. El mecanismo de lesión fue de baja energía en cinco pacientes (caídas por tropiezo: 36%), y de alta energía en nueve (cinco accidentes de tránsito: 36%; cuatro caídas de altura: 28%). Los tipos de fractura según la clasificación AO/OTA fueron 12A1 (20%), 12A2 (20%), 12A3 (27%), y 12B2 (33%). Tres fracturas estuvieron asociadas a neuropraxias del nervio radial durante el trauma (20%), con una media de recuperación neurológica completa de cinco meses. Solamente un paciente presentó politraumatismo con fractura bilateral de húmero, siendo la izquierda expuesta (Gustillo-Anderson grado II, requiriendo fijación externa temporal), uno presentó fractura patológica (metástasis por adenocarcinoma de próstata), y cinco presentaban otras comorbilidades (20% hipertensión arterial, 7% diabetes mellitus tipo 2 y 7% hipotiroidismo). La cirugía se llevó a cabo como media a los 11.6 días de la lesión. Se logró un promedio de consolidación radiológica a las 15.1 semanas. No se presentaron complicaciones intraoperatorias ni posoperatorias. Como resultados funcionales el codo logró una media de flexo-extensión activa de 130 y 1.9° respectivamente, un promedio en la puntuación Quick-DASH de 14,4 puntos y de EVA menor a 2, sin ningún dolor o limitación funcional en el hombro ipsilateral.
Consideramos que a la luz de los resultados funcionales y la ausencia de complicaciones técnicas intraoperatorias obtenidas, la utilización del clavo endomedular retrógrado puede indicarse completamente en las fracturas medio diafisarias de húmero 12A y 12B, evitando complicaciones derivadas del abordaje anterógrado, sin embargo, debido a la pequeña muestra de población el nivel de evidencia es bajo, por consiguiente, es necesario continuar con la publicación de estudios similares (involucrando un mayor número de pacientes y fracturas tipo 12C), para respaldar nuestros resultados conseguidos.
Nivel de evidencia: 4. Grado de recomendación: C.