Amputación mayor en pacientes diabéticos: ¿Es la solución al problema? Análisis en el hospital público.

Autores/as

  • Carlos Roberto Pelaez Sanatorio IPENSA
  • Rodrigo Roggiero Hospital San Martín - La Plata
  • Diego Paleo Hospital San Martín - La Plata
  • Andrés Szumski Hospital San Martín - La Plata

Resumen

Con la conformación de equipos multidisciplinarios para el manejo del pie diabético, aquellos pacientes que clásicamente requerían una amputación mayor, son tratados eficazmente con una amputación menor. Sin embargo, ocasionalmente requieren nuevos desbridamientos o amputaciones a niveles más altos. El hecho de recibir una amputación afecta la calidad de vida de los pacientes, tanto a nivel funcional como psicológico y social.

El objetivo de nuestro trabajo es evaluar la necesidad de amputaciones mayores en pacientes diabéticos sometidos previamente a limpiezas quirúrgicas o amputaciones menores, comparar la calidad de vida de los 2 grupos de pacientes (amputaciones mayores versus amputaciones menores o limpiezas quirúrgicas); e indagar al paciente con una amputación mayor, si hubiese preferido amputarse en primera instancia en lugar de someterse a las cirugías previas.

Realizamos un estudio descriptivo, retrospectivo, observacional, sobre la base de nuestro hospital. Se analizaron las historias clínicas de pacientes con úlcera diabética que requirieron tratamiento quirúrgico, ya sea limpieza quirúrgica o amputación menor entre octubre de 2015 a diciembre de 2020. Se realizó una encuesta telefónica utilizando el formulario SF12, la Escala de Barthel y se preguntó sobre la preferencia del paciente acerca del momento de la amputación. Se incluyeron pacientes mayores de 18 años, diabéticos con tratamiento quirúrgico por úlcera diabética. Se excluyeron aquellos con amputación mayor como conducta quirúrgica inicial, falta de respuesta telefónica luego de diez intentos en diferentes días y horarios, pacientes fallecidos al momento de la entrevista.

Se analizaron 36 cirugías inicialmente de las cuales 10 se excluyeron por no cumplir con los criterios de inclusión. De las 26 cirugías analizadas, 9 (35%) requirieron amputación mayor y 17 (65%) amputación menor. La escala de Barthel fue mayor en el grupo de amputaciones menores con diferencia estadísticamente significativa (<0.001). Los pacientes con amputaciones menores obtuvieron un puntaje del cuestionario SF-12 más alto con una diferencia estadísticamente significativa en la calidad de vida (p<0.0001). De los 17 pacientes analizados con amputaciones menores ninguno se hubiera amputado antes, pero de los 9 pacientes con amputaciones mayores, 2 se amputarían antes, 5 no lo harían antes y para 2 de ellos no se tiene datos.

Weledji manifiesta que aproximadamente la mitad de las amputaciones de pacientes diabéticos pueden prevenirse con una atención adecuada. Dillon refiere que el 25% de los pacientes diabéticos que sufrieron una amputación menor, requerirán una reamputación dentro del primer año y el 50% lo requerirá dentro de los cinco años de la primera amputación. Willrich reporta una disminución en la calidad de vida percibida respecto al grupo control, tal como se refleja en nuestra serie. Monteagudo utiliza el cuestionario SF12, a través de un contacto telefónico, para analizar la calidad de vida percibida en los pacientes diabéticos amputados al igual que en nuestro estudio. La introducción de un equipo multidisciplinario, coordinado por un endocrinólogo y un dermatólogo, se asocia con una reducción en la frecuencia de amputaciones mayores.

Como conclusión el 35% de los pacientes que recibieron inicialmente toilette o amputación menor, finalizaron con una amputación mayor. Las amputaciones menores gozan de una mejor calidad de vida, con una diferencia estadísticamente significativa y ninguno de ellos hubiese elegido una amputación mayor como procedimiento inicial. Existe una dificultad por parte del paciente en la accesibilidad al equipo multidisciplinario que se ve reflejada en los resultados. Las debilidades son un moderado número de pacientes y la falta de análisis de comorbilidades. Restan mejorar estos aspectos, para obtener resultados más precisos, lo cual nos plantea un desafío a futuro.

 

Nivel de evidencia IV

Publicado

2021-11-25

Número

Tema

Pie